22.4.13

Ahrím "el infame" (Pre-partida Crónicas de Hyboria 2012)

"La fortuna sonrie a los que se lo juegan todo a ciegas" solía decir mi capitan, claro que el pobre no sobrevivió al asalto contra la única fortaleza que hay en Erután digna de tal nombre. Los nemedios nunca han entendido la guerra en el desierto, están demasiado centrados en que la tropa forme como si fuera un tablero de juego de esos que dicen que es como la guerra a los que nunca han visto una batalla.  Cuando vi la mole totalmente iluminada entendí dos cosas, que ya nos habían rodeado y que el turbante del fondo de mi petate me iba a salvar el pellejo otra vez.

Pide otra jarra y tal vez te cuente toda la historia... No soy un hombre exigente, pero he llegado a viejo y eso es algo que pocos soldados pueden decir.  En mi vida he visto más de cien batallas de las que dicen que forjan leyendas... ¡Paparruchas!  LLena mi vaso y te contaré los secretos de todos los ejercitos del mundo, porque con todos he luchado y ganado.  Si no te vence el sueño y mi vaso no se vacia te contaré como ser el mejor soldado del mundo, el que vuelve a casa a celebrar que sigue vivo.

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Dime chaval, ¿queda vino en esa jarra? Pues llena mi vaso que tengo la boca seca de tanto hablar. ¿Que te apetece escuchar ahora? ¿Dónde encontrar las mujeres con más pasión del mundo? ¿Las hazañas de los más valientes generales de nuestro tiempo? ¿Las perversiones que se ocultan en los harenes de los emires?

No, tus oidos no son los apropiados para eso, no conoces lo suficiente del pérfido Salêh Al Yezir para entender por qué murió ni cómo sucedió. Esa historia vale más que unas jarras de vino, si quieres te puedo contar los secretos que escondía su harem, las sutiles torturas que tenían lugar bajo su palacio o los placeres prohibidos de los que disfrutaba.

He sido afortunado, soy uno de los pocos hombres que se movía por su palacio sin que un matasanos tocara mis budejos y aún ahora que esta muerto prefiero no contar según que cosas, era un hombre tan retorcido que firmo su propia sentencia de muerte meses antes de que el Sah pidiera su cabeza. Estoy seguro que aún quedan asesinos bien pagados para cumplir sus encargos, no me jugaré el cuello por unos vasos de vino...

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